El proyecto se implanta en una esquina singular del centro de Montevideo por encontrarse en las inmediaciones de la plaza 18 de Julio; en el espacio urbano donde convergen la ampliación del edificio de la gobernación, el teatro Solís y el CAF; en el espacio donde la ciudad se abre en sus perspectivas hacia la rambla y el rio.
En ese contexto el proyecto es entendido como edificio de carácter neutro que a través de decisiones simples de carácter fuertemente geométricas busca tomarse de las líneas de sus linderos sobre ciudadela, ofrecer un perfil acorde al potencial constructivo sobre soriano y se muestra como un juego de líneas que articulan la esquina, retranqueándose en sus pisos superiores abriéndose hacia el rio como remate de esquina. Siguiendo con las decisiones urbanas el proyecto ofrece un fuerte retiro sobre la esquina proponiendo un ensanchamiento de vereda donde se dan los accesos y las expansiones comerciales en un fuerte gesto en marquesina aportando una variación en la escala peatonal.